En un recorrido en bicicleta por la Charente, descubrimos el motivo fotográfico perfecto – perfecto para nuestra revista Tellerrandstories. En un jardín delantero, los platos de porcelana se elevan hasta donde alcanza la vista. No pudimos averiguar si sirven de espantapájaros o si simplemente están ahí como decoración, pero la foto es una oportunidad maravillosa para echar un vistazo más de cerca a la frase “über den Tellerrand blicken” significa “mirar por encima del borde del plato”. ¿De dónde viene? ¿Qué significa? ¿Existen expresiones similares en otros idiomas?

Cambia de perspectiva más a menudo
La frase “über den Tellerrand blicken” es comparativamente joven. Apareció por primera vez en la década de 1950 y fue popularizada por el político Karl Schiller en la década de 1970. Describe una actitud abierta y curiosa: la voluntad de superar los propios límites y descubrir cosas nuevas. A menudo representa el cosmopolitismo, un cambio de perspectiva o la innovación – y por lo tanto encaja perfectamente con nuestra revista de viajes Tellerrandstories.

¿Y qué dicen los demás?
En inglés, significa “thinking outside the box” o “thinking outside the square”: una invitación a pensar de forma creativa y dejar atrás los patrones familiares. “Broaden your horizon” se acerca más al alemán “über den Tellerrand schauen” . Los franceses lo expresan de forma más juguetona: “voir plus loin que le bout de son nez” – ver más allá del final de la nariz. Aconsejan no limitarse a lo obvio. Los españoles se mantienen sobrios y hablan de abrir la mente o mirar más allá. Los chinos ofrecen la comparación más original: “Jing Di Zhi Wa” – la rana en el pozo. Sólo ve la parte estrecha de su cielo, similar al borde de un plato en alemán.
Luces de la Charente
La Charente serpentea a lo largo de 380 kilómetros por la región francesa de Nouvelle-Aquitaine. Su curso discurre desde la cabecera montañosa por colinas onduladas y viñedos hasta las llanuras aluviales marítimas del estuario. Desde Angulema, el río es navegable hasta el Atlántico en Rochefort. Antiguamente era la principal vía de transporte para la producción de coñac. Hoy, casas de coñac y viticultores le invitan a turismo espiritual, mientras que los carriles bici, como el Flow Vélo, le llevarán por pueblos pintorescos, antiguos puentes de piedra, un raro puente transportador, molinos de agua, castillos y el centro histórico de Angulema. La Charente sigue considerándose un destino de iniciados, ya que es uno de los paisajes fluviales más vírgenes de Francia: apenas hay turismo de masas, pero sí mucha naturaleza, tranquilidad y disfrute. La pequeña isla de Aix fue en su día un baluarte para proteger el estuario de la Charente de las flotas enemigas y hoy es un destino popular para una excursión de un día al mar.