La vista se extiende sobre la bahía en forma de herradura de St. George’s, donde los barcos de pesca descansan junto a los yates y la sirena de un crucero le saluda. Richmont Hill, por encima de St. George’s, sería la mejor ubicación para villas elegantes u hoteles de lujo. En ningún lugar de la isla caribeña de Granada hay una vista mejor. Una suave brisa envuelve el aroma de canela, plátano y nuez moscada. Pero los residentes no pueden ver el arco iris a través de las ventanas enrejadas de sus celdas. Porque casi todas las tardes un breve chaparrón refresca la fértil isla de las especias.

Posada de Su Majestad
Granada pertenece a la Commonwealth de Naciones, y el Jefe de Estado es el monarca británico. Dado que éste era el nombre que la Reina Elisabeth II había dado a casi todos los poco más de 100.000 habitantes de la nación insular a lo largo de su vida, la prisión mejor situada del mundo fue rebautizada eufemísticamente con una mezcla de respeto y humor. Hace tiempo que se adoptó el nombre de Her Majesty’s Inn y así seguirá siendo, independientemente del tiempo que la isla caribeña siga formando parte de la Commonwealth.

Desde el momento en que se entra, no está permitido hacer fotos. Pero en la isla se pueden conocer muchas historias sobre el pasado reciente del establecimiento.
Resocialización en estado de emergencia
En 2004, el ciclón tropical Iwan destruyó el 80% de todos los edificios de Granada, y la prisión también quedó inhabitable después. Todos los reclusos sobrevivieron. Al principio, encontraron alojamiento improvisado con amigos y familiares en la isla. Más tarde, la mayoría de ellos se ofrecieron voluntarios para ayudar a limpiar la isla. El edificio de la prisión también fue reconstruido por los propios presos. Es de suponer que a muchos presos se les remitió el resto de sus condenas debido a su buen comportamiento. En el sitio web del Instituto de Política Criminal y Judicial, el rey Charles III aún no ha sustituido a su madre y las estadísticas muestran el importante descenso de las cifras de ocupación en el año del huracán Iván.

El viaje de investigación contó con el apoyo de la Oficina de Turismo de Granada