Apenas hay locales comerciales en África. Los dependientes presentan sus productos sobre la cabeza. El contacto visual con el comprador se produce cerca de la mercancía.
Como visitante de Sierra Leona, apenas has dejado atrás el hotel cuando ya estás en el meollo. Rodeado de gente que tiene algo que ofrecer. Bebidas, tentempiés y tarjetas telefónicas, pero también cosas que a un turista no le servirían de nada. Tubérculos de mandioca, por ejemplo, o peces enormes. Recién pescado y sin duda vale la pena el dinero. Casi todo se lleva en coloridos cuencos sobre la cabeza y así no puede pasar desapercibido ni siquiera entre la multitud. Los vendedores no tienen que ser buscados durante mucho tiempo, porque establecen contacto visual con los compradores potenciales directamente bajo la mercancía. En Sierra Leona, los alimentos sólo se venden frescos o secos, y sólo en las cantidades necesarias para el consumo diario. Los productos refrigerados o envasados industrialmente y los supermercados escasean incluso en las grandes ciudades. En las zonas rurales, muy pocos hogares tienen electricidad o agua corriente.