Cuando miro el menú de un restaurante de Visp, en el valle del Ródano, en el Valais, me quedo perplejo. Es el año de la pandemia, 2020, y el cólera figura en el menú de especialidades regionales. Esto despierta mi curiosidad, así que lo pido y el servicio lo anuncia ampliamente. Poco antes de servir este plato culinario sin pretensiones, me informo bien. El plato se remonta a una época en que el cólera hacía estragos en el país. En aquella época, los enfermos de cólera no podían salir de sus casas. Suena muy familiar incluso hoy, después de tres años de la pandemia de Corona. Aún no se había inventado el servicio de reparto, por lo que lo que quedaba en casa se mezclaba en cuarentena. Queso, pan y, con un poco de suerte, algunas verduras. En términos de sabor, una auténtica raclette del Valais es siempre preferible a este plato de origen epidémico. Sobre todo porque la versión de restaurante utiliza hojaldre insípido. Sin embargo, una forma humorística y despreocupada de tratar una verdadera plaga de la humanidad. Así que estaría bien que en el futuro no leyéramos la palabra corona en demasiados titulares, sino como mucho donde nunca llamó desagradablemente la atención antes de la pandemia, en la carta de bebidas del mexicano.
Felicidad alpina con cornichón
En Suiza, sin embargo, también hay platos que se conforman con poco y, sin embargo, son pura felicidad alpina en el plato. Aparte de la alta calidad de los quesos suizos, la sencilla preparación con una lista manejable de ingredientes es una de las explicaciones de la popularidad de la raclette suiza y la fondue de queso. Parte de la etiqueta de la raclette es no esperar nunca para que todos puedan comer al mismo tiempo. Es el caso de uno come, el otro habla. Porque el queso, recién salido de la rueda de quesos y con un brillo cremoso, debe comerse lo más caliente posible.
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Receta Fondue de queso Moité Moité
Unte la olla de fondue con ajo y derrita el Gruyère junto con el vino blanco y el zumo de limón, removiendo constantemente. A continuación, añadir el segundo queso y seguir removiendo. Al final, bajar el fuego, disolver la harina de maíz en el aguardiente, remover y sazonar todo con pimienta y nuez moscada. Corta una barra de pan con una corteza sabrosa en dados.
Para esta fondue se necesitan dos quesos mitad y mitad: 400 g de Gruyère, 400 g de Vacherin Fribourgeois, 1 medio diente de ajo, 350 ml de vino blanco, 4 cucharaditas de harina de maíz, 1 cucharadita de zumo de limón, 1 copa de licor de cereza, pimienta y nuez moscada.